lunes, 10 de diciembre de 2007

Guadalupe Cisneros-Villa Por si arriendas la Luna;





Por si arriendas la Luna;
calzará el vate sus pies de lodo,
los fundirá en la boca de un cometa,
para que se conviertan en barro.

Cubrirá de tafetanes sus querellas,
de vestimentas litúrgicas sus temores.
Enrizará su pelo con huracanes
acomodándolos en céfiros solanos,
antes de salir por las calles.

Llevará en su bolsillo, sólo, cinco estrellas.
Si le permite el tiempo escribirá tres décimas,
sobre la escalera que asciende a la colina.

Tomará dos árboles cupresáceos de la necrópolis
para adornar sus ojeras.
Reposará su cabeza sobre las cenizas escorias
de pájaros rojos teñidos de blanco.

Entonces llegará el tártaro en un buitre, dejado,
seguramente para mamar su ombligo.


1 comentario:

Ana Muela Sopeña dijo...

Guadalupe, fantástico poema.

Un abrazo fuerte
Enhorabuena
Ana