lunes, 10 de diciembre de 2007

Verónica Gutiérrez Sol negro




Profanan la castidad de la noche,
epidermis censuradas, altivas
entregadas al parpadeo estéril
de las estelas ya sin llama.

Se penetran ombligos con lenguas,
tiempo sobre tiempo procrean,
nacen flores, suspiros, esperas;
en la cuna de la pluma, los verbos.

La hoja en blanco mece las letras,
el cielo se torna ciego, sordo
y el sol ahora tan sólo es negro,
la luna se ha sumergido en un cometa.

Los pensamientos impuros anidan
en las líneas no escritas, no formadas,
y se cuelgan de los pechos del alma,
del sustantivo intento que se plasma.

El arrabal pasional es sobrante,
si en el cuerpo del girasol se baila
un tango de lujuria llamado verso,
vértebra fina de una espuma fusionada


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